Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

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También películas, música, videojuegos, etc... que puedan servir como inspiración.
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mcallus
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Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por mcallus » Sab Abr 02, 2022 10:22 pm

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Hola a todos, estoy participando en un reto de escritura llamado NaNoWriMo que se realiza en los meses de 30 días y que consisten en escribir alguna clase de obra literaria durante 30 días. Algunos ya sabéis que puse una votación en twitter para decidir sobre que temática realizar una recopilación de relatos cortos y que ganó Punkapocalyptic por un sesenta y tantos por ciento de los votos (los rivales fueron fantasía, warhammer 40k e infinity)

Estos textos que se escriben durante el NaNo son un borrador que requiere luego revisión y algo de reescritura puesto que durante el camp el objetivo es llegar a las palabras mínimas del reto (50.000 en mi caso) y acabar el reto con un borrador, en muchos casos regular escrito, de algo que luego revisarás y quien sabe si "publicarás".

En mi caso lo que haré tras el reto, en mayo, es revisarlo y luego poner por aquí el pdf y el epub para que todo el mundo pueda leerlo ya más decente si quiere.

Pero mientras dure el desafío he pensado publicar en este hilo del foro los borradores de cada relato por si resulta de entretenimiento a alguien. También sentiros libres de proponer temas para relatos que tengo ideas para 3 o 4 relatos más pero necesitaré unas cuantas ideas adicionales.

El primer relato fue una reescritura de uno que ya publiqué por aquí y que me ha gustado más como ha quedado ahora y aún así ya le he visto releyéndolo hoy un par de cosas que quiero mejorar pero bueno, como dije antes en el NaNo no se puede perder tiempo en revisar.

El segundo relato, Shoppers, sí que es nuevo y la idea me la dio Rico. En ese por ejemplo, además de revisión quiero ampliar algunas escenas (y lo de ampliar las escenas sí que puede ser que lo haga durante el reto porque son más palabras lo cual no viene mal)

En ambos casos ha coincidido que he "terminado" los relatos en un día pero creo que el que empezaré mañana será bastante más largo y por tanto que me lleve varios días (por eso no os extrañéis que no ponga un relato diario)
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Re: Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por mcallus » Sab Abr 02, 2022 10:23 pm

Aguas irradiadas

Ava se encontraba de cuclillas sobre uno de los tejados más altos del departamento Peetment, una de las zonas en las que se dividía Merkadome bajo el control de los diferentes mascas. En concreto este departamento lo dirigía su padre Jacob.

Merkadome era enorme, aunque la parte habitada por la gente del asentamiento era pequeña en comparación a toda su extensión. Según le contó el listillo de Liam este lugar era lo que la gente del mundo de antaño llamaba centro comercial y no lo usaban para vivir si no para gastar las balas en comida, ropa y en otras cosas.

Desde que había llegado siendo una mocosa a Merkadome junto a su hermano y su padre le había gustado subirse a las alturas ya que, gracias a su agilidad casi sobrenatural, poca gente podía seguirle el ritmo y eso le gustaba por ella adoraba estar sola.

O mejor dicho le gustaba estar sin compañía humana, puesto que desde una expedición fuera de Merkadome hacía un par de años donde encontró a Daela siempre estaban juntas. La enorme gata estaba tumbada detrás de ella en el mismo tejado.

Se giró hacia Daela para hacer como que la miraba, no porque realmente la viese porque Ava era ciega de su único ojo desde nacimiento, pero gracias a algo que no podía explicar sabía exactamente donde estaba todo el mundo y todas las cosas.

Desde adolescente había adquirido la costumbre de mirar a la gente para hablar e interaccionar a pesar de que no le hacía falta, porque su hermano le explicó que la gente se ponía nerviosa al ver que ella controlaba sus movimientos y gestos sin mirarlos.

Lanzó un suspiro. Últimamente se ponía a divagar sobre el pasado cuando estaba tranquila, se imaginaba que era por los tiempos difíciles que estaban atravesando en Merkadome desde que las fuentes de agua cercanas se habían contaminado.

Los rumores decían que era a causa de un nuevo grupo de fanáticos que habían salido de un huevo gigante, más sectarios como si no hubiera ya suficientes chalados sueltos por el Páramo.

El cherife y los mascas que gobiernan en Merkadome habían impuesto la ley Seca por lo que quedaba completamente prohibido el consumo de agua para cualquier uso... Ava lo estaba pasando especialmente mal porque sus sentidos agudizados incluían el olfato, y si Merkadome no había sido nunca un lugar que oliese bien ahora lo era mucho peor entra la gente que no se lavaba desde hacía semanas y los vapores que surgían de Meadero, el río que cruza todo el asentamiento.

Volvió a suspirar y realizó algunos estiramientos, era hora de hacer un poco de ejercicio y patrullar el departamento, y eso exigía acercarse a Meadero y sus gases nocivos.

—Ven aquí Daela —dijo mientras desenganchaba de su cinturón la máscara de protección que le había hecho Liam para la gata.

Las primeras veces que le puso la máscara protestaba pero era tan obediente que al final se dejaba, ahora en cambio la aceptaba ya sin rechistar y es que también se había ordenado que todo el mundo usara protección contra la contaminación especialmente en los barrios que rodeaban el río.

Terminó de ajustarle las correas y se puso ella misma su máscara, para a continuación apretarse los moños en los que se recogía su largo pelo castaño cuando salía a la calle.

Echó a correr y saltó al tejado más próximo sabiendo que Daela se mantenía cerca de ella. La gata era obviamente mucho más fuerte, rápida y ágil, que para eso tenía 6 patas y le llegaba por encima de la cintura, pero nunca solía adelantarla. Ava no sabía si por respeto, control o ese deseo de estar siempre cerca.

Llevaban unos minutos corriendo cuando le llamó la atención ruidos de trifulcas en las cercanías del, temporalmente cerrado, Tobogán amarillo. Giró bruscamente y saltó al tejado más cercano del que quedó colgando agarrada con una sola mano.

Respiró tranquila, se sujetó con la otra mano y se aupó para subir. Era raro que no hubiera calculado bien el salto, «pero hasta las mejores pueden fallar» se dijo.

Una vez en el borde opuesto del techo de la chabola observó que se habían reunido un grupo, que por lo especialmente mal que hablaban y la cantidad de recipientes en el suelo, debían llevar un buen rato bebiendo.

Y, por supuesto, estaban esos energúmenos al lado de Meadero sin protección contra la contaminación... y los que si tenían la llevaban en el cuello o en las manos. Los mutardos como ella y Daela eran ligeramente más resistentes a los gases, pero los mediocres humanos eran mucho más sensibles y solían ser los más descuidados siempre.

—Daela vamos a imponer orden —le susurró mientras señalaba cerca del grupo—, acecha y espera mi señal.

Daela la miró un instante y echó a andar hacia el borde del tejado mientras se activaba el camuflaje natural de su piel que la volvía prácticamente invisible para cualquier ojo, por suerte ella no necesitaba ver para saber lo que tenía a su alrededor.

Cuando Daela estuvo en posición de ataque cerca del grupo, Ava saltó al suelo, se puso sus guantes reforzados con tachuelas y se dirigió directamente hacia los borrachos.

—¡Vamos a ver piltrafas! —gritó mientras se acercaba a ellos— ¿No sabéis que es obligatorio llevar protección contra la contaminación en exteriores, especialmente cerca de Meadero?

La mayoría pasó de ella y solo el más cercano le dirigió una mirada antes de ir a beber de su botella, que estaba vacía... y se la tiró.

Ava no esperaba que respondieran con violencia antes de que ella empezara la pelea pero se alegró, asi podría decir sin mentir a su hermano que solo se defendía.

Esquivar la botella mal tirada por el borracho fue fácil y antes de que el tipo pensara en hacer nada más ya estaba tirado de espaldas en el suelo del derechazo que le dio en la mandíbula.

—¡Ha venio a cortarnos el rollo! —gritó alguno de la multitud.

—Venga flaca, ven a divertirte con nosotros —dijo otro.

Unos cuantos más balbucearon algo ininteligible.

Ava sonrió, «solo quedan ocho en pie», se lo iban a pasar en grande.

Uno pensó que la sonrisa era para él y trató de acercarse a agarrarle la cintura, Ava se movio a su alrededor le metió la pierna entre las suyas y lo derribo, cuando apenas estaba tocando el suelo ya le había propinado una patada en la cabeza.

—¡Daela golpea sin matar! —gritó mientras iba hacia el que le había dicho corta rollos.

La gata saltó en medio del grupo y comenzó a perder el camuflaje mientras de su espalda salían dos largos tentáculos con los que derribó al agitarlos a tres más mientras Ava noqueaba a su objetivo.

Daela se agazapó lista para saltar hacia otro objetivo.

—Para Daela —dijo Ava.

Había detectado como se acercaban por el otro lado del edificio Alexander y Noah, el jefe de seguridad de su padre y uno de sus shoppers, respetivamente.

—Los que quedáis en pie —dijo mientras se ponía al lado de Daela y le acariciaba la cabeza —Poneos las protecciones y llevaos a vuestros compañeros si no queréis acabar como ellos.

Noah fue el primero en llegar puesto que estaba mucho más en forma de tanto entrenar para las carreras de Cartmageddon. Llegó con su típico bate apoyado en el hombro.

—Veo que ya te has encargado de todo, niña —le dijo a Ava al ver como los borrachos se estaban ayudando unos a otros a ponerse las protecciones y levantarse.

Ava puso una mueca al escuchar lo de niña, pero se había resignado que nunca iba a lograr que los amigos y trabajadores de su padre dejaran de llamarla niña o pequeña, aunque algunos tampoco le sacaran tantos años.

—Pues claro, como ni la gente del cherife ni vosotros hacéis vuestro trabajo, me toca a mi —replicó para pinchar a Alexander que acaba de ponerse al lado de los borrachos.

—Ni siquiera sois de este departamento —les dijo Alexander tras haberle lanzado una mirada a Ava —No os quiero volver por aquí, el Tobogán amarillo no abrirá sus puertas mientras se mantenga la Ley Seca así que liarla en vuestros barrios.

Los borrachos no se atrevieron a abrir la boca puesto que si la menuda aunque atlética Ava y su gata les habían dado una paliza, se podían imaginar fácilmente, a pesar de la embriaguez, lo que les haría el enorme Alexander con sus casi dos metros de altura y esa cara deforme que daba miedo de solo mirarlo.

—Ava tienes que dejar de meterte en peleas para hacer de ley —le dijo Alexander acercándose lentamente sin quitarle un ojo de encima a Daela. Ava fue a replicar pero el bruto se le adelantó— y no lo digo porque te vayan a hacer daño, es que temo que tú o tu mascota matéis a alguien.

Ava resopló.

—Es que tardáis mucho en venir a los botellones ilegales —sonrió inocentemente y añadió— Es solo que no quiero que haya más enfermos por los gases.

—Sé que piensas que soy un corto por mi aspecto, pero lo haces por placer.

Alexander parecía alguien corto de miras al ser todo músculo y con la cara de bobalicón que tenía, pero era socio de negocios de su padre desde antes de llegar a Merkadome y no era para nada un tonto pero a veces Ava lo olvidaba.

—Estás intratable desde que hablaste con esos mutardos que trajeron el mensaje de Kim al asentamiento hace unas semanas —le espetó Noah— Te gusta pensar que los mutardos sois superiores pero no por eso tienes que pegarle a quien te de la gana.

—Vale, vale —se dio la vuelta y comenzó a alejarse— No me meteré en más peleas por el departamento.

Saltó sobre un contenedor, de allí se agarró a un saliente y se subió a una casa. Daela la siguió rápidamente aunque en su caso sin necesidad del saliente.

—Aseguraos de decirle a Jacob que me habéis dado la murga, que no quiero que me la repita cuando vaya por casa esta noche —y sin esperar respuesta las dos echaron a correr.
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Re: Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por mcallus » Sab Abr 02, 2022 10:24 pm

Shoppers

Noah se levantó temprano como todos los días de laburo que en su caso era un trabajo bastante afortunado y es que era uno de los 5 shoppers patrocinados por Jacob, el masca de Peetment. Cierto es que apenas cobraba por ello, pero tenía pensión completa en los locales del departamento y una pequeña habitación en la planta de arriba de la escudería.

«Amor Mutardo, menudo nombre de mierda le puso Jacob» pensó mientras se echaba al suelo y hacía rápidamente una veintena de abdominales.

Se levantó e hizo unas cuantas poses de culturista en el espejo roñoso y al que le faltaban trozos de su habitación. «Un espejo mediocre para un asentamiento en decadencia».

Y es que Noah no llevaba muy bien los malos tiempos que llevaban atravesando en Markadome desde hacía varios meses. Y por si fuera poco la Ley Seca impuesta por el Cherife, no había solucionado nada pues solo había conseguido que la gente mirase mal a quienes, como él, no consumían alcohol.

Y estaban los malditos gases de meaderos, los negacionistas de la radiación que insistían en que todo era un plan del cherife y los mascas y la falta de suministros por los camioneros borrachos que encima iban armados con picos pidiendo no sé qué mierdas.

Aun así, a pesar de sus negativos pensamientos observar su cuerpo musculoso, su rostro perfecto, dentadura con solo dos dientes de menos, su media melena castaña algo sucia por la falta de agua y sus ojos grandes, marrones y hermosos, aunque estuvieran llenos de ojeras.

—En fin, Noah, deja de mirar lo bueno que estás y baja a desayunar —se dijo mientras se daba unas palmadas en la cara con ambas manos.

Bajó a la planta inferior que estaba dividida en dos partes por una falsa pared hecha con palés. La más grande era donde tenían su equipamiento de carreras y una más pequeña con unos sofás andrajosos que habían “rescatado” de uno de los locales abandonados en un departamento vecino.

Matthew estaba tirado en uno de los sofás en bolas rascándose distraídamente los huevos, había una botella de milkawhisky tirada en el suelo cerca de su ropa. «Otra vez esa bebida alucinógena de mierda». Tenía la cabeza como una bola de billar rapada a navaja y una barriga cervecera que dudaba que le dejara verse el rabo cuando estaba de pie, no era precisamente un espectáculo agradable de ver.

—Anda Matt, vístete antes de que llegue Camila —le dijo Noah tirándole los pantalones— que sabes que se quejará a Jacob y no tengo ganas de otra bronca a toda la escudería por tu culpa.

Matthew resopló, pero no dijo nada y comenzó a vestirse lentamente agachándose y enseñándole todo el ojete a Noah que no pudo evitar fijarse en la cola terminada en una afilada hoja que salía de la parte baja de la espalda del otro shopper.

Apartó la mirada, agradecido de no haber desayunado aún, y salió a la calle con intención de que le diera un poco el aire, que al menos allí al estar en la esquina del departamento más alejada de Meadero el aire estaba menos sucio.

Se apoyó en el quicio de la puerta y miró calle arriba pensando en si Ethan se habría levantado ya para ir a por los desayunos de todos, debería haberlo comprobado antes de bajar, pero estaba adormilado tras acompañar la tarde y parte de la noche anterior a Alexander en búsqueda de botellones ilegales... por suerte solo habían tenido un encontronazo con uno que Ava y su gata ya habían dispersado.

Mientras comenzaba a pensar en que estrategia seguir en las inminentes carreras de la temporada 22 de Cartmageddon vio aparecer a Camila y Ethan por la esquina. «Espero que sea casualidad que se han encontrado y no que Camila se la esté pegando a Jacob con Ojoscuro»

No podían ser más distintos los dos shoppers compañeros de escudería: ella era una mujer que debía rozar los 40 y había sentado cabeza con Jacob, él un chaval de poco más de 20 que estaba todo el día de fiesta con Matthew. Camila era guapa, alta, pelirroja y de ojos verdes, en cambio Ethan era bajito, rechoncho y a pesar de su juventud ya tenía la mitad de su cabeza calva.

—Me alegra que te hayas acordado de cumplir con tu turno de los desayunos, me temí lo peor al ver a Matt resacoso en el sofá —le dijo a Ethan cuando estuvo a su lado ayudándole cogiendo una de las bolsas que traía —Buenos días, capitana espero que estés descansada para planificar nuestra estrategia para esta temporada.

Ethan solo se encogió de hombros y añadió.

—Ayer no tuve ganas de irme con él, ya sabes que el día previo a la carrera lo respeto siempre.

—Buenos días, Noah —le dijo Camila dejando que entraran los dos antes que ella— No he pensado demasiado en la planificación porque ya me imagino que, como todos los meses, lo habrás hecho tú por tu cuenta.

Noah lanzó un suspiro casi inaudible, no quería enfadar a su capitana, pero le exasperaba que ella fuera quien ocupaba ese puesto y no él que había sido campeón una vez y subcampeón en otras dos ocasiones. Él era quien más pódiums había tenido en toda la historia de Cartmageddon y Camila no había ganado nunca, es más no había llegado ni a una final... pero claro, ella tuvo la idea de competir en las carreras como un equipo y era su maromo quien ponía las balas.

—Si quieres cuando desayunemos podemos planificar juntos la estrategia —le dijo Noah en tono conciliador en contra de sus pensamientos.

Camila asintió, le sonrió y se sentó junto a él en uno de los sofás.

—Me parece bien.

Matthew estaba vestido, «menos mal», devorando de pie la ración que le había dado Ethan. En el rato que había estado fuera había bajado ya el quinto miembro de la escudería, Sebas y comía tranquilamente en el otro sofá junto a Ethan.

Sebas era un chaval de 15 o 16 años larguirucho, de pelo negro y lleno de greñas que antes mendigaba por el departamento y que le cayó en gracia a Ava y lo sugirió como quinto miembro de la escudería. Lo cierto es que no era mal corredor, pero tampoco había logrado ninguna victoria... si lo pensaba bien el único que alguna vez se había colado en las finales sin ganar era Ethan, llegando a disputarle una final al propio Noah.

Tras el desayuno se levantaron, se fueron al taller a preparar la estrategia y poner a punto los carros de competición.

*****

Noah estaba tranquilo, por primera vez en varias temporadas tenía un buen presentimiento, Camila se había clasificado para las semifinales en la reñida tercera carrera de ese día.

Ahora competía Matthew en la octava carrera del día y no le iba nada bien, había arrancado fatal y casi se había caído en dos curvas del circuito... aunque no había bebido nada desde el día anterior seguía estando resentido del abuso del maldito brebaje que preparaban en el barrio rojo.

Y finalmente Matthew logró llegar a la meta, pero sin hacer honor a su apodo de Cola Rápida pues había quedado último.

Estaba dispuesto a darle ánimos a Matthew a pesar de que había perdido por su propia culpa, pero este no se dirigió a donde estaban reunidos ellos si no que se marchó directamente por una de las salidas dejando el carro tirado en medio de la meta.

Noah se fue corriendo a recoger el carro porque si no algún caradura se lo intentaría llevar y no quería perder uno de los buenos carros tuneados que tenían.

Lo recogió justo a tiempo y comenzó a volver dando un rodeo porque no podía atravesar la pista que la novena carrera ya había empezado.

Cuando llegó, mientras Ethan y Sebas estaban hablando animadamente entre ellos y Camila andaba ajustando una de las placas de su carro, pudo ver como un mocoso salía corriendo de al lado de su carro.

Cuando llegó con ellos le echó un vistazo al carro y no parecía que le hubiera hecho nada ese niño.

—A ver si estamos más atentos —les dijo— que había un niño hurgando en mi carro.

—Perdona Noah —dijo Ethan —, Sebas me estaba dando algunos consejos para mi carrera.

Noah asintió y se unió a ellos.

—Venga compartamos consejos que me toca competir en breve.

*****

Noah iba a toda velocidad el primero en su carrera, la decimocuarta del día, estaba claro que iba a ganar esa carrera pues solo quedaba una curva más y la recta final, Prosciutto era el que estaba más cerca de él según pudo ver con el espejito que tenía enganchado a un lado del carro, más no lograba recortarle terreno.

Tomó la curva y de pronto se escuchó un tremendo crujido y Noah vio como volaba lejos de su carro que derrapaba volcado fuera de la pista.

Prosciutto le adelantó sonriéndole y poco después Ton Tocho, Marianow y Johnny Crash.

Noah golpeó furioso el suelo. «Encontraré a ese mocoso y averiguaré cual de estos hijos de mala madre ha pagado balas por esta trampa»

*****

Sebas compitió en la carrera 23 y Ethan en la 28, y no tuvieron ninguna posibilidad, aunque en su caso fue por el buen hacer de sus rivales no debido a problemas de cansancio o con el carro. Cierto que en Sebas no confiaba mucho pero la eliminación en tan mala posición de Ethan sí que le sorprendió un poco.

Por suerte, las semifinales para Camila fueron bien y logró vencer ajustadamente a Lilu Multipase. No solo era una de las escasas veces que Camila había llegado a unas semifinales si no que había logrado llegar a la final.

Ahora todo se decidiría entre ella, Miki 'Iceman' Traggönen, Valquirio y Nadal Yguardarlaropa.

—Me siento pletórica hoy —le dijo sonriendo mientras Noah la acompañaba a la línea de salida—, ya verás como tras varias temporadas hoy volvemos a ganar.

—Tienes toda mi confianza —mintió Noah dándole una palmadita en el hombro y volviendo junto a Ethan para ver la carrera desde la zona del público. Sebas se había marchado llevándose los carritos de los demás porque tenía unos recados que hacer para Elijah, el hermano rarito de Ava.

Y la carrera final dio comienzo, como ocurría siempre en la final la carrera era muy ajustada y solo cuando cruzaban la meta estaba se sabía quien era el ganador. Y, efectivamente, en aquella ocasión fue Camila la que se llevó la victoria.

Camila se puso a saltar de alegría y mandó besos hacia la zona de las gradas reservada para los mascas desde donde Jacob no se perdía nunca una carrera.

*****

Una hora más tarde los 5 miembros de la escudería estaban sentados en una mesa en el Mutard’s Pool, que hoy no abría sus puertas, brindando con cerveza reservada por Jacob antes de que la misma hubiera comenzado a escasear en el asentamiento.

—Habéis quedado todos últimos en la carrera —dijo Jacob desde la barra con buen humor y sin resentimiento en sus palabras— menos mal que mi pelirroja se ha echado el peso de la escudería a los hombros.

—No lo hubiera logrado sin el apoyo de mis compañeros —dijo ella— entrenamos muy duro y planificamos nuestras estrategias en carrera para superar a nuestros rivales.

Volvieron a brindar y tomar un trago, esta vez ya con Jacob sentados con ellos en la mesa que se había acercado con varios platos de comida. Solo Noah no se unió al brindis.

—Alguien pagó a un niño para que sabotease mi carro —se le escapó.

Quería haber dejado el tema para el siguiente día de trabajo pero no pudo evitar soltarlo, se sentía frustrado.

—¿No existe la posibilidad de que hayas descuidado el mantenimiento? —preguntó Jacob.

—¡Nunca! —exclamó con más fuerza de la que le hubiera gustado—, el día antes de la carrera todos revisamos los carros de los demás.

—Es cierto, gordi —le dijo Camila acariciándole la espalda a Jacob— te aseguro que todos los carros estaban en perfecto estado antes de correr.

—Además que Noah vio a un niño alejándose de su carro —añadió Ethan.

—Bien, dale una descripción a Elijah y que salga con Ava a dar una vuelta por los departamentos en que se mueven los corredores contra los que competiste —dijo Jacob—, si el mocoso está cerca de ellos daremos con él y averiguaremos quien saboteó tu carro.

Dio un largo sorbo a la cerveza y soltó un fuerte erupto.

—Pero eso ya que espera a mañana —dijo levantándose— hoy toca celebrar, ¿quien quiere más cerveza?

Todos, incluso Noah, gritaron alegres pidiendo una.
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Re: Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por RICO » Dom Abr 03, 2022 9:47 pm

Molaaaa! Y sale proscciutto :D !
Por cierto te encontrado dos erratas
Donde aparece por primera vez Noah en el relato de ava se hecha el bate al hombro y pone hombre

Y de spies donde el encuentro con mathew pone otra vez esa mierda bebida alucinógena.... No sería bebida de mierda?
Por lo demás muy chulos, y encima le va dando un trasfondo a las carreras, oleee
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Re: Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por mcallus » Dom Abr 03, 2022 9:58 pm

Me alegro que te hayan gustado y gracias por las erratas, que seguro habrá alguna más, me tocará tras el reto hacerle relectura y revisión pero dejo ya corregidas las que has detectado.

Hoy no me ha cundido mucho (unas 900 palabras) y no he terminado por tanto nada que pueda publicar pero espero poder terminar el relato con el que estoy mañana.

Lo que sí como no estaba inspirado para escribir sí que he pensado más o menos los siguientes relatos y voy a dejar aquí los títulos:
- Cazadores (este es el que he estado empezando hoy),
- Por la pandilla,
- El Páramo no es lugar para buenas personas,
- Expulsada,
- Rescate,
- Pesadilla en el Sanatorio

Eso 6 relatos van a tener un poco de relación/continuidad unos con otros.
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Re: Desventuras en el Páramo - Relatos cortos ambientados en Punkapocalyptic

Mensaje por RICO » Dom Abr 03, 2022 10:47 pm

Mola!
Yo no he visto nada más, pero vaya el autocorrector me vacila y no me doy cuenta, así que no te fíes mucho de mi XD
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