Bestiario del Páramo: Mordedores

BestiarioDrSiriousHola trons.

Como todo quisqui sabe, el Páramo está lleno de bichos peligrosos, que te pueden arrancar las pelotas a poco que te descuides. Normalmente la basca se va por ahí a verlas venir, sin coscarse de qué bestia se puede encontrar, y luego pasa lo que pasa. Por eso he decidido dedicar mi vida a ser un masca de estos temas, siendo Bichólogo y Mutardólogo Oficial del Gremio Electroprotéico de la Carne y el Metano de Puentechatarra (del que soy miembro fundador, y también presidente, secretario, tesorero y especialista de campo). Soy el doctor Sarious e intentaré en esta Guía de los animales, criaturas y mutaciones del Páramo realizar un estudio chachi de los bichos que pueblan nuestro mundo.

Posiblemente hayáis oído hablar de estos bichos, aunque sólo sea por las colinas a las que dan nombre, unas bolas de pelo con dientes extremadamente hambrientas, los mordedores.

Descripción

Se trata de unos seres no demasiado grandes, lo justo para morderte el paquete y dejarte con la voz de una niña de 8 años. Tienen cuatro patas, y sin duda, lo que más flipa es una bocaza que les ocupa gran parte de la cara. Encima de ese buzón tienen dos pares de ojos, y sobre ellos la napia. Son muy rarunos, vaya.

Hábitat

No hace falta ser un genio para pispar que el lugar donde se los suele encontrar son las Colinas del Mordedor. El sitio debe molarles mucho, porque no salen por allí ni con un palo. Aún no he averiguado por qué, pero está claro que hay algo en esas colinas que los atrae enormemente. Sin embargo, no es raro ver cada cierto tiempo migraciones masivas de algunos de estos bichos. Puede porque haya pila de densidad de población de ellos en las colinas o porque otras manadas (¿tienen manadas los joputas?) los echen a patadas en el bule. La cosa es que pormáss que lo intenten, no consiguen prosperar como colonia en otro sitio que no sea las puñeteras colinas. Por ello no son raras (bueno, sí, pero no mucho) las noticias de un kíe que se encuentra los cadáveres tóo tiesos de algunos de estos bichos cerca de una granja en medio del Páramo o que uno de ellos le come medio culo a un chatarrero que estaba rilando en una letrina de Samanthia.

BestiarioMordedorWeber

Comportamiento

Los mordedores son unas criaturas un montón de voraces y agresivas. Carnívoras de cojones y seguramente caníbales (dudo que otro bicho conviva con ellos en las colinas… y nadie ha querido ir a comprobarlo). Uno o dos pueden no ser un gran peligro, pero viven en grupos, atacando todos juntos a cualquier cosa que tenga la mala suerte de estar a su alcance. Se pispan de las presas sobre todo con el olfato, pudiendo oler un cuesco que te tires en Fuerte Germania. Y bueno, su vista tampoco es nada mala.
Una vez que pillan a su presa, no hacen honor a su nombre, y es que no muerden, sino que arrancan pedazos de carne a base de fuertes movimientos, tragándolos luego enteros, sin masticar, así a lo bestia.
Las hembras son algo más grandes que los machos, y más agresivas. Pasan a tope de sus crías, que suelen ser una pareja, en cuanto nacen. Es el macho el que se encarga de ellas, y como no lo haga, ñasco que te crió. Como mi vecina con su marido, vamos.

Usos

En general los mordedores no son de demasiada utilidad. Su carne es dura y asquerosa, y el pelo es duro como el de un jabalí, por lo que muchos lo aprovechan para hacer cepillos. Además, si les arrancas las patas, les coses la boca y taponas las napias, y los inflas por el bul, pueden hacer de buena pelota. Si llegas a capturar a alguno vivo, en Sinagua los usan para algunas de sus luchas del pozo, tanto para lanzarlos contra luchadores pringaos, como para luchas entre bestias. Había un corredor de apuestas muy ingenioso que los ataba al extremo de un palo para azuzar a su bestia del pozo favorita a base de ñascos en los jaris de jaula, hasta que a esta se le inflaron las bolas y le hizo tragar palo y bicho. Quizás allí os dan unas balas por ellos. También hay algún valiente, o idiota, que los usa como mascotas, pero en general la gente no se arriesga a levantarse sin media pierna.

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